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Colonial Era

Época Colonial

The Catholic Church played a central role in the Spanish colonization of the Americas, regulating most aspects of daily life throughout the Hispanic World. Churches, convents and monasteries shaped the urban landscape of all towns and cities founded in Spanish colonial territories, mirroring the powerful grasp secular and regular clergy held over both colonizers and the colonized. The Society of Jesus arrived in New Granada in 1604 and was, therefore, the last among the main Catholic orders to establish itself in this region. Still, the Jesuits’ profound commitment to education, as well as their immense success as self-sustainable entrepreneurs in all Spanish colonial cities, towns and rural areas they settled in, soon allowed them to gain a major influence on local economic, political, spiritual, and cultural developments. Less than six years after setting foot in Santafé, the Society of Jesus was aiming to purchase an entire block of plots and houses right next to the main plaza of the city, and had begun the construction of what would become their headquarters in the New Kingdom of Granada. As the spiritual and symbolic heart of the Jesuit province of Santafé, the church of San Ignacio was envisioned as the most spectacular building in town. Its construction lasted over ninety years, because of the technical and financial challenges such an enterprise involved. When, in 1694, the Jesuits of New Granada finally announced the completion of their mother church, they proudly described it as one of the finest buildings existing in the Spanish Indies at the time.

Drawing of the façade of San Ignacio Church
Façade of San Ignacio church showing the dome and the bell tower. ICAC – Universidad Javeriana. Bogotá (n.d.)

Fachada de San Ignacio mostrando la cúpula y el campanario. ICAC – Universidad Javeriana. Bogotá (s.f.)

The Jesuits remained in possession of San Ignacio until 1767, when the Society of Jesus was suppressed in all territories under Spanish rule. Royal authorities handed over the building to the archdiocese of Santafé, changing its name to San Carlos in honor of King Carlos III of Spain. Given its impressive stature and strategic location, the church served as the co-cathedral of the city until 1891, when it was eventually returned to the Jesuit order.

As the mother church of the Society of Jesus in New Granada –and later Colombia- San Ignacio never functioned as a parish but rather as the main cult space for the Jesuit congregation in northern South America. As such, in accordance to the funerary practices prevailing in the western world in early modern times, San Ignacio was also used as a final resting ground for both clerics or laypeople of all social standings and ethnic backgrounds who were, in one way or another, linked to the Jesuit order.  It is the story of these men and women, old or young, rich or poor, who lived and died in colonial Santafé under the spiritual care of the Society of Jesus that our archaeological project is now seeking to bring back to light.

Title Image: Drawing of Santafé de Bogotá by Felipe Guamán Poma de Ayala (1615). Royal Danish Library, Copenhagen.

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La Iglesia católica desempeñó un papel central en la colonización española de las Américas, regulando la mayoría de los aspectos de la vida cotidiana en los nuevos territorios conquistados. Iglesias, conventos y monasterios configuraron el paisaje urbano de todos los pueblos y ciudades fundados en las Indias españolas, reflejando el poderoso dominio que el clero secular y regular ejercía sobre colonizadores y colonizados. La Compañía de Jesús se establece en la Nueva Granada en 1604 siendo, por tanto, la última de las principales órdenes religiosas en asentarse en la región. Aun así, el profundo compromiso de los jesuitas con su misión educativa, así como su inmenso éxito como empresarios en el Nuevo Mundo, pronto les permitió adquirir un gran prestigio e influencia en el desarrollo económico, político, espiritual y cultural del imperio colonial hispano. Menos de seis años después de llegar a Santafé, la Compañía de Jesús había emprendido la adquisición de toda una manzana de casas y solares en la esquina suroriental de la plaza mayor de la ciudad, e iniciado la construcción de lo que sería su sede principal en el Nuevo Reino de Granada.

Monstrance of San Ignacio (La Lechuga) by José de Galaz. Banco de la República Collection (Bogotá).

Custodia de la Iglesia de San Ignacio de Bogotá (La Lechuga) (1707) by José de Galaz. Colección del Banco de la República (Bogotá)

Como centro espiritual y simbólico de la provincia jesuítica de Santafé, la iglesia de San Ignacio fue concebida como el edificio más espectacular de la ciudad. Así, debido a los retos técnicos y financieros que tal empresa implicaba, su construcción se extendió por más de noventa años. Cuando, en 1694, los jesuitas de Nueva Granada anunciaron por fin la terminación de su iglesia madre, la describieron con orgullo como uno de los mejores edificios existentes en las Indias españolas.

Los jesuitas permanecieron en posesión de San Ignacio hasta 1767, cuando la Compañía de Jesús fue expulsada de todo el imperio colonial hispano. Seguidamente, la Corona cedió el suntuoso edificio a la arquidiócesis de Santafé, sustituyendo su nombre por el de Iglesia de San Carlos en honor al rey Carlos III de España. Dada su imponencia y su estratégica ubicación, la iglesia sirvió como concatedral de la ciudad hasta 1891, año en que fue devuelta a la orden de los jesuitas.

Como iglesia madre de la Compañía de Jesús en la Nueva Granada -y posteriormente en Colombia-, San Ignacio nunca funcionó como parroquia, sino como el corazón simbólico de la congregación jesuita en el norte de Sudamérica. Como tal, de acuerdo con las prácticas funerarias prevalecientes en el mundo occidental a principios de la Edad Moderna, la iglesia de San Ignacio también fue utilizada como lugar de enterramiento tanto para clérigos como para laicos de múltiples orígenes étnicos y sociales que, de una manera u otra, estaban vinculados a la orden jesuita. Es la historia de estos hombres y mujeres, viejos o jóvenes, ricos o pobres, que vivieron y murieron en la Santafé colonial bajo el cuidado espiritual de la Compañía de Jesús, la que nuestro proyecto arqueológico intenta ahora resaltar.

Imagen de título: Dibujo de Santafé de Bogotá por Felipe Guamán Poma de Ayala (1615). Biblioteca Real de Dinamarca, Copenhagen.